Reforestación y sucesión natural

Por: Carlos Felipe Guzmán – Proyecto Cocuyo

“Plantar pocos elementos es como querer criar un niño y pensar en su dedo, en su nariz o en su estómago. El niño es un macro-organismo. Es necesario mirar para el macro-organismo. Así también deberían ser nuestros cultivos” (GOTSCH, 2015) [1]

Voluntaria Caroline apoyando la plantación de nuevos cafetos. 

Un área de nuestra finca cafetera presenta la mayor presencia de broca, conocida plaga del café, en el análisis físico realizado al inicio de la cosecha en marzo. Se trata de una zona que difiere del resto de cafetales al encontrar un número inferior de árboles y otras plantas de sombrío como el banano. El área ha perdido gradualmente la zona de bosque debido a la instalación de la línea de luz que atraviesa el lugar desde la década del setenta, cuando fue instalada la red de conexión eléctrica. Los vientos, la lluvia y fuertes tormentas derriban árboles y ramas constantemente. En nuestra estancia en la zona durante los últimos dos años y medio, una gran rama de “Arrayán” cayó sobre los cables dejando toda la zona sin conexión eléctrica por una semana. Se trató quizá de una de las mayores tormentas eléctricas que hemos vivido aquí. La pérdida del estrato alto y emergente, árboles longevos de porte alto, ha permitido el surgimiento de vegetación rastrera de tipo invasivo. Erróneamente estas plantas son llamadas “malezas”, que sin embargo no representan más que el estado inicial de un sistema forestal en desarrollo. La planta dominante es el helecho águila o helecho común “Pteridium aquilinum”. Su característica principal es la adaptación a casi cualquier tipo de suelo y ambiente, presente prácticamente en todos los continentes. Aparentemente se extiende abiertamente a partir de perturbaciones en el sistema: “por fuego, por agricultura o por huracanes”.

A la izquierda helecho común “Pteridium aquilinum”; a la derecha planta de café “Coffea Arabica” en crecimiento.

Evidentemente grandes tormentas afectan la zona desde que se tiene memoria. Los abuelos, antiguos habitantes de la zona, afirmaron que los vientos intensos y las lluvias torrenciales son característicos en la región, alternando épocas de lluvia y sequía. Por otra parte se encontraron rastros de quema, tal vez con una antecedencia de varias décadas se mantienen trazos de un posible incendio o fuego controlado. A pesar de ello perviven cafetales viejos de más de cuarenta años, variedad caturra amarillo plantado en época de la “bonanza cafetera” colombiana de 1977. De igual forma existen algunas plantas de cacao de porte medio alternados con el cafetal. Durante el año pasado varios árboles nativos y pioneros de “Cecropia”, guarumo o yarumo, emergieron en diferentes zonas descampadas a lo largo del sistema agroforestal. Dos de ellos en el área de estudio que se ha descrito. Estas plantas son el indicio de que el sistema ha dado un segundo paso y se prepara para avanzar en la sucesión natural. De esta forma y a la sombra de estos pioneros plantamos dos árboles de “Inga Edulis” conocida en Colombia como Guamo. Este árbol nativo es de los más usados en el sombrío de cafetales a lo largo de toda América Latina. Su carácter de leguminosa le permite ser un potente fijador de nitrógeno, esencial en el crecimiento y balance nutricional del suelo. El árbol no sólo permite el aporte a la tierra como abono sino que su sombra inhibe la preponderancia del estrato rastrero, es decir que se busca con ello la reducción futura del helecho “Pteridium aquilinum”.

“Inga Edulis” creciendo  a la sombra de “Cecropia”.

Gran energía humana y fósil se destina actualmente para el control de esta planta, que se ha vedado exclusivamente por corte. Se plantó alternadamente bajo la línea del cable de luz una serie de colinos de banano de gran porte y algunas plantas de cacao para el estrato bajo. De igual forma se procedió a la renovación del cafetal mediante la siembra de algunas plantas de café. Todo ello busca acelerar el paso que la propia naturaleza busca dar con la emergencia de la Cecropia. El futuro sombrío dado por el nuevo estrato creado, limitará los niveles de luz directa al suelo y permitirá la fijación de mayores niveles de dióxido de carbono. Tras el análisis físico de plagas fue evidente que la sombra reduce la temperatura en el suelo y los estratos bajos. La broca, conocida enemiga de los caficultores, es un insecto que prolifera en relación a la temperatura y en el caso de los Andes, a la altura del cultivo. Nos encontramos bajo los 1600 metros sobre el nivel del mar, en terreno propicio para su crecimiento y desarrollo. Sin embargo comprobamos que los niveles de broca se mantienen en el estándar permitido para el cultivo, reduciendo su presencia en relación al sombrio con árboles y presencia de consorcios con banano, cítricos, mango, yuca y especies florales. La conclusión es que el sombrío en nuestro sistema de policultivo reduce las temperaturas que evitan el desarrollo pleno de brocas.

Planta de banano comienza a retoñar en el área cultivada.

En el proceso de plantar los nuevos árboles nos ayudaron Alex y los voluntarios François, Elise, Jean, Caroline, Milly, Stephanie y Lucas. De igual forma el semillero de nuevas plantas de café fue gestionado y trabajado por mi padre y las plantas de cacao fueron plantadas por Melisa, amiga de la Red de Permacultura del Tequendama en bolsas para trasplante durante el 2017. Anita y yo estuvimos en este proceso, trabajando y apoyando la labor de todos. Esperamos que la mano de cada uno se refleje en el tiempo, buscamos que la vida continúe abriéndose camino.

Cundinamarca, Colombia. Julio de 2019

[1] En: PASSINI DOS SANTOS, Felipe. “A Agricultura Sintrópica de Ernst Götsch: história, fundamentos e seu nicho no universo da Agricultura Sustentável”. UNIVERSIDADE FEDERAL DO RIO DE JANEIRO. PROGRAMA DE PÓS-GRADUAÇÃO EM CIÊNCIAS AMBIENTAIS E CONSERVAÇÃO. https://es.scribd.com/document/389276703/A-Agricultura-Sintropica-de-Ernst-Gotsch